PLUMA INVITADA
Reflexión sobre la corrupción y su impacto en el desarrollo
La corrupción se revela como un enemigo que obstaculiza el progreso en todas las esferas de la sociedad. No solo constituye una de las causas fundamentales que dificultan el acceso y cumplimiento de los derechos humanos, sino también se convierte en una fuente propiciadora de conflictos, exacerbando la pobreza, debilitando el estado de Derecho y allanando el camino para el uso ilícito de bienes y recursos públicos.
' Necesitamos enfrentar este delito para sentar las bases de un futuro más transparente.
Ana María Díaz y Roger Denzer
Cada 9 de diciembre se conmemora el Día Internacional contra la Corrupción, y este año el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Embajada de Suiza en Guatemala nos unimos al llamado para prevenir la corrupción, fomentar la transparencia y fortalecer a las instituciones de manera integral. Desde hace algunos años, apoyamos los esfuerzos de las Entidades de Fiscalización Superior de Guatemala, Honduras y El Salvador, en el fortalecimiento de la transparencia, la promoción de una cultura de ética y la rendición de cuentas en la administración pública.
Este año, el Día adquiere un significado especial, al rememorar el vigésimo aniversario de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, al enfatizar la importancia del vínculo crucial entre la lucha contra la corrupción, la construcción de la paz, la seguridad y el desarrollo.
Según el Índice de Percepción de Corrupción (IPC) elaborado por Transparencia Internacional (TI), los efectos de la corrupción han permeado las naciones a nivel global y no se han logrado avances significativos en su mayoría. En su edición más reciente, el informe revela que más de dos tercios de los países evaluados han obtenido puntuaciones inferiores a 50, y la puntuación promedio se ha situado en 43. Guatemala ha obtenido 24 puntos. En las últimas 10 entregas anuales del informe, 155 países no han registrado mejoras en su situación con respecto a la corrupción.
Estos datos provocan algunas medidas para prevenir y combatir este fenómeno, como el fortalecimiento de las acciones para prevenir y combatir la corrupción de manera más eficaz, facilitar y respaldar la cooperación internacional y la asistencia técnica en la prevención y lucha contra la corrupción, así como promover la integridad, la rendición de cuentas y la adecuada gestión de los asuntos y bienes públicos. En este momento crucial de la historia, estos principios se vuelven más esenciales que nunca.
Este día también es oportuno para reflexionar y crear conciencia sobre las consecuencias que tiene la corrupción para el desarrollo de los países. La corrupción es un flagelo que genera enormes pérdidas en todos los ámbitos, pero lo más preocupante es que también socava la confianza en las instituciones, limita la participación ciudadana y desacelera el avance del desarrollo humano.
Es evidente la necesidad de sumar victorias precisas contra la corrupción, que motiven una administración pública al servicio público y que promueva el bien común, pero, sobre todo, debemos unificar esfuerzos entre los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado, la academia, para movilizar el compromiso colectivo en la erradicación de la corrupción.
Sabemos que promover la transparencia como valores en todos los ámbitos consolida no solo la democracia, sino también permite alcanzar sociedades más incluyentes, justas y participativas; por ello reafirmamos nuestro compromiso en acompañar a los países y las personas a construir una vida mejor.
*Ana María Díaz, PNUD, y Roger Denzer, Embajada de Suiza en Guatemala